Por: Raúl Herrera Soria
No es difícil escuchar en cualquier lugar del país, referirse a las mujeres de la selva como las “calientes”, “fáciles”, “ardientes” o utilizar el apelativo de “charapita” para identificar erróneamente la “cualidad” de su “muy ardiente” comportamiento sexual.
Tamaña equivocación sale de la boca de hombres y mujeres de toda condición económica y social, que conciente o impensadamente le dan a sus expresiones un contenido peyorativo, estigmatizante y degradante socialmente que los ubica en la ignorancia más increíble.
Como si fuera una broma, pero lo decía en serio, alguien comentó ingenua o estúpidamente que las mujeres selváticas andan sin ropa interior o que van al acecho de cuanto hombre apareciese frente a ellas, cual perras en celo. Pero lo cierto que éstos que creen que la vida en la selva se lleva de esa forma están profundamente equivocados.
Cuando me tocó responder tanta ceguera cultural de costeños o serranos peruanos, solamente pedí que se aplique una analogía de conceptos, por cuestión de lógica e igualdad orgánica humana. Eso quiere decir que se ponga por igual la actitud de la mujer con la del hombre. Si la mujer es sexualmente ardiente, el hombre también tendría que serlo. Obviamente que ese equilibrio y la igualdad del adjetivo, no favorecía al estupidizado “macho”; ya que “más” hombre, de mayores atributos sexuales y con poderosos ardores de sexo tendría que ser el selvático peruano que cualquier otro proveniente de algún lugar del país.
Esos conceptos y la visión del tema, me felicito compartir, en igualdad, con Pepe Álvarez Alonso, hispano-loretano, investigador científico y social, a quien leí en un comentario que publicó el diario La Región, y en esas letras él refleja una explicación serena y sensata de nuestras mujeres y de nuestros hombres. Allí se dio espacio para hablar de virtudes y defectos de los mortales de Loreto, pero también olvidó recordar que en todo lugar se cuecen habas, que hombres y mujeres “sacavuelteros” se encuentran en cualquier lugar del mundo y de los extremados ardores sexuales, no se libran en ningún estrato socioeconómico del Perú y el mundo.
1 comentarios:
30 de enero de 2010, 6:45
te felicito por la defenza de la gente de esta partede nuesrtro querido peru y vaya que si se cuecen abas en todo el peru un saludo
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