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EL SOSTEN CUMPLE 100 AÑOS

El sujetador ha sufrido una auténtica revolución desde su creación en 1907. Antes se ocultaba, ahora se exhibe.
Antes se compraba sin dedicarle apenas tiempo, ahora se escoge con sumo cuidado. Se lucía en color blanco o beige, ahora con infinidad de estampados y tonos. Hoy, la mujer elige y compra el sostén atendiendo tanto a la comodidad como a la estética.
En 1907, el famoso diseñador Pierre Poiret esbozó los primeros patrones del sostén y liberó a las mujeres de las ataduras del corsé, pero la estadounidense Mary Phelps Jacob patentó el invento y se llevó todos los honores.
En los años 20 empieza a confeccionarse el sujetador con tela elástica y en la década de los 30 nace el sostén sin tirantes.
En los 60, las mujeres se quitaron el sujetador para sentirse libres.
En los 80, se lo volvieron a poner por razones estéticas y de salud.
En los 90, se manifestó el culto al cuerpo con lencería repleta de encajes, sedas y bordados. Y en el nuevo siglo, los paños menores se exhiben sin pudor.
Hoy, las mujeres se apuntan a la moda de lo que no se ve, siempre y cuando sean prendas juveniles, cómodas, seductoras y atrevidas. Las tendencias del momento aclaran las ideas.
Este año se celebra el centenario del sostén y para ello la famosa firma de lencería “Wonderbra” ha creado un sujetador con cien posiciones distintas que presentó en la plaza de Colón de Madrid. Este nuevo sostén está basado en copas de color negro iguales para todos los modelos, que se combinan con tiras cruzadas o rectas, simples o dobles, plateadas o en negro y que pueden pasar sobre los hombros, por la nuca o la espalda.
¿Qué talla de sujeador utilizo?
El uso de un sujetador inadecuado causa entre un 20 y un 30 por ciento de las consultas al médico por dolor en los senos, según declaró el doctor Miguel Prats, experto en patología mamaria que desde hace 15 años dirige un máster sobre senología en la Universidad de Barcelona (España).
Defectos en la talla, la copa o la forma del sujetador, que en algunos casos llega incluso a provocar signos evidentes de compresión en el pecho, son el origen de muchas consultas médicas que, según explica este facultativo, se solucionan simplemente recomendando a las mujeres el uso de una prenda interior más adecuada a su anatomía.
Según el doctor Miguel Prats, los pocos estudios que hay sobre este tema apuntan a que el 70% de las mujeres no lleva la talla de sujetador adecuada, aunque aparentemente están muy preocupadas por el cuidado del pecho y, a la hora de comprar, lo que más tienen en cuenta es la estética.
En este sentido, destacó que son frecuentes los dolores y los endurecimientos del pecho de carácter benigno debido a los aros del sujetador, que llevan el 90% de las mujeres porque están de moda, aunque no tienen ningún papel específico desde el punto de vista anatómico.
También hay estudios que aseguran que los sujetadores que suben en exceso el pecho para realzarlo al máximo, se resisten mal después de llevarlos puestos más de dos horas, porque cambian la posición de los vasos sanguíneos de la mama y los fuerzan, distorsionando su recorrido.
Asegura que, aunque parezca extraño, las mujeres están muy poco informadas de lo que es una mama normal, de las enfermedades benignas y del dolor mamario que pueden tener, muchísimo más frecuente que el cáncer y que "pueden llegar a padecer hasta el 80% de las mujeres a lo largo de la vida".
Miguel Prat defiende que los sujetadores se vendan con instrucciones de uso y con algunos consejos sobre el cuidado de las mamas, para que la mujer sepa realmente lo que compra y si es lo adecuado para su anatomía y sus necesidades.
El sujetador, la prenda icono de la feminidad, es mucho más que una prenda de vestir. Una mala elección en la compra, acentuada por el diseño o la decoración, puede provocar el desarrollo de patologías mamarias, así como dolores de espalda y de cabeza, y deformaciones posturales. Conocer la talla y el tipo de pecho es fundamental para escoger el modelo de sujetador más adecuado.
Las piezas clave para un buen sujetador son los tirantes, que no tienen que bajar rectos; el aro, que no debe pisar al pecho ni dejar un hueco entre el anillo y el seno. Pero, ¡atención con los aros! Sólo pueden usarlos las mujeres con los pechos en copa: de arriba más delgados que debajo porque reparten el peso. Por último, el dorso, debe ser siempre plano, y los corchetes, tienen que poderse ajustar al tamaño de la espalda.

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